“No tengo ánimo, no tengo cabeza para nada, estoy destrozada”, dijo brevemente a EL UNIVERSAL, Mayra Alejandra Buenrostro. Ella es madre de Pablo, un niño de 14 años de edad que se convirtió el sábado en una víctima más de los artefactos explosivos terrestres sembrados por los grupos criminales en la Tierra Caliente de Michoacán…